sábado, 8 de febrero de 2014

La declaración de la Infanta


No conoce, no sabe, no recuerda,
no percibió, no reparaba en nada,
no se inmuta cuando es repreguntada...
es ajena y extraña a tanta mierda.

Qué señora tan cándida y tan lerda,
qué esposa más sumisa y engañada,
qué incauta, candorosa, distanciada,
qué nimia, baladí, cero a la izquierda.

¿No era la consabida la más lista
de las hijas del frágil soberano?
¿No sacó una formal licenciatura?

Pues si calla por más que se le insista,
o no tiene el cerebro claro y sano 
o gasta demasiada caradura.


1 comentario:

  1. Que suerte, no se entera de nada. A la mia no le le escapa detalle.
    Un abrazo.

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