jueves, 17 de noviembre de 2011

Un soneto contra reloj (Soneto 576)


La larga manecilla en menos diez,
la corta por el nueve retozando,
mis dedos el teclado aporreando,
y el cuarteto nació con brillantez.

Puede ser que parezca estolidez
sin ninguna razón andar volando,
pero las menos cinco ya están dando
y esto va progresando con fluidez.

A pique de incurrir en algún fallo,
como en esos que diz anacolutos,
en segundo terceto pronto me hallo,

y al galope, como los nobles brutos,
sin pausa, sin dilema y sin desmayo,
el soneto he montado en diez minutos.




3 comentarios:

  1. Eso es oficio, en diez minutos el soneto y bien, terminado. Ahí queda eso.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo22:51

    De antemano te digo que eché algo más de diez minutos, pero el caso requería esa "pequeña" licencia.


    Un soneto veloz y galopante,
    me dispongo a escribir apresurado,
    con cuaderno, de apuntes, atestado,
    y mi asiento de rima consonante.

    Intento descartar las asonantes,
    si alguna “ese” se cuela, no es pecado,
    que no hay que ser tan pulcro y remilgado,
    y más, con un reloj por comandante.

    Por el noveno voy en seis minutos,
    y aunque con versos ligeros y enjutos
    terminaré en diez, tú dalo por hecho.

    En la recta final el condenado,
    con el doce más uno se ha atascado,
    pero a tiempo termino satisfecho.

    JMM Botillo.

    ResponderEliminar
  3. ¡Bravo! Vivimos en un mundo dominado por las prisas. ¡Viva el soneto!

    ResponderEliminar