miércoles, 6 de abril de 2011

La corbata (Soneto 351)


El lazo corredizo que se ata
al cuello en la temprana amanecida,
no es nudo con propósito suicida
ni variante de práctica insensata,

sino prenda que atilda y que remata,
y lleva mucho tiempo ennoblecida
por más que sea negada y maldecida:
se trata, claro está, de la corbata.

Habitante de nuestra propia casa,
a veces se destierra por un día
por motivo que tiene mucha guasa:

que por arte de alguna brujería
tontamente le cae mancha de grasa,
y acaba en la eficaz tintorería.


 


3 comentarios:

  1. Es una prenda muy incomoda para mi, me la pongo en bodas y actos parecidos, pero la verdad es que poco dura en el cuello y acaba pronto en el bolsillo.
    Un abrazo.

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  2. Supongo que es una prenda incómoda porque así lo cuenta quien la usa, también destacar que el nudo es complicado, al menos para algunos.
    Y como colofón final diré que, a veces, dan ganas de apretar ese nudo a más de uno, jajajaj.

    Un abrazo

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  3. Anónimo23:05

    El tipo de sonetos que yo admiro,
    que lo minúsculo hacen importante...

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