lunes, 1 de noviembre de 2010

Día de difuntos (Soneto 194)


No tendrán muchas ganas los difuntos
de que vayan a verlos los vivientes,
pues los muertos disfrutan todos juntos
del descanso y la paz más trascendentes.

Ya no tienen que ver con los asuntos
que preocupan a deudos y parientes:
estos llevan sus penas cejijuntos,
aquellos pasan ya de los dolientes.

Aquí los festejamos, los honramos,
limpiamos el lugar donde quedaron
un día sus despojos terrenales.

Ramos de flores tristes les llevamos,
y oramos por sus almas que volaron,
rumiando que también somos mortales.

(Ver soneto 155)

1 comentario:

  1. Este día me da una sensación extraña.
    Por una parte lo veo absurdo, pero por otra y, no sé si marcada por la sociedad, me siento algo culpable por no ir a ver a mi padre.
    Pero qué hago allí mirando un lápida? Poner flores? Limpiarla?
    Hablo con él todos los días y eso para mí es mucho.
    Como siempre tus sonetos me encantan y admiro el valor para hacerlos todos los días. Debo ser extremadamente torpe.

    Saludos

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