sábado, 25 de septiembre de 2010

Elogio del ganso (Soneto 157)


Fotogénico ánsar, qué bien sales
en la foto que te hice en aquel lago.
Permite este sincero y corto halago,
palmípedo juncal entre juncales.

Se adivinan en ti buenos modales;
no pareces matón, necio ni vago;
tampoco se te achaca ser aciago
ni en charcas, ni en marismas ni en corrales.

Tu semblante, de pico anaranjado,
evoca un ser discreto y mesurado,
que vive sempiterno en un remanso.

Contigo no me encuentro parangón:
por eso no comprendo esa expresión,
cuando dicen que estoy haciendo el ganso.

(Ver soneto 118)


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