domingo, 19 de septiembre de 2010

Negar el saludo (Soneto 151)


Con lo poco que cuesta saludar,
hay persona que niégame el saludo;
si con eso me quiere castigar,
no me importa que se haga el sordomudo.

Con su actitud me quiere demostrar
que es un tipo cabal y cojonudo,
mientras yo soy un ser de armas tomar
que lo tengo con él bastante crudo.

Tiene el cuello nervudo y musculado
de volverlo hacia atrás cuando se cruza
mostrando ese semblante despectivo.

Y el entrecejo lúcelo arrugado
de poner esa cara de gentuza
y sufrir mal proceso digestivo.




1 comentario:

  1. Una consulta al google rutinaria
    me dio tu blog, tu web o lo que sea;
    qué hermoso es cuando ves cundir tu idea:
    ya no será una idea solitaria.

    ¡Otro que hace una poesía diaria!
    quizá verá lo mismo que yo vea,
    le gustará lo que a mí me recrea.
    ¡Qué noticia más extraordinaria!

    Puedes imaginar cómo me siento:
    por un lado fetén, feliz, contento,
    como al hallar a Viernes Robinsón.

    Mas me mosquea, por el otro lado,
    que, en versos, eres tú mejor versado,
    y cumples, uno al día: y yo, non.

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