martes, 15 de junio de 2010

Mi pueblo (Soneto 55)


Sentado, tras la cena, en mi ventana
contemplo, con la altura del azor,
un pueblo que se piensa encantador
pero que tiene incierto su mañana.

Se quedó sin humor para jarana;
la noche ya lo envuelve en su sopor;
no se escucha ni un pobre cantaor
que lo duerma con una triste nana.

Volverá la luz nueva, con su abrigo;
revelará su porvenir enjuto,
enseñará a sus hombres desmayados.

¿Por qué, pueblo, te muestras tan altivo,
si sabes que tu tierra no da fruto
para ver a tus hijos amparados?

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